El pasado miércoles fue un día que
esperaba hace nueve años atrás. La fiebre que tuve por Radiohead empezó desde
los años 2008-09, justamente la fecha en que realizaron sus primeras dos
presentaciones en mi país. En aquel momento tenía 15 años y pasaba encerrado en
mi pieza. Mis habilidades sociales estaban por el suelo y no tenía mucha gente
de confianza alrededor mío. Mi adolescencia se basó en jugar juegos antiguos de
computador (tenía un computador de escritorio COMPAQ con Windows XP) escuchando
toda la discografía de Radiohead.
Estaba en primero medio, y
obviamente no tenía dinero para ir a ninguno de los dos conciertos que
promocionaban su más reciente álbum ‘In
Rainbows’, así que lo que hice literalmente fue rayar con ellos por casi
una década. Hasta que al fin se anunció su segunda venida con un show único,
esta vez con ‘A Moon Shape Pool’ bajo
el brazo, última joya que los ingleses lanzaron dos años atrás. Y aunque mi
economía personal ha mejorado con el paso de los años, el anuncio me dejó algo
desprotegido, alcanzándome la plata para comprar sólo la entrada para galería.
De cualquier forma, esto no importaba mucho: de igual manera podría ser testigo
de la obra de Thom Yorke y compañía.
Llegó el día y yo estaba ahí,
sentado junto a cientos de personas a muchos metros del escenario y con una
torre de sonido que me tapaba la visual de casi el escenario completo. Pero
esto no importaba nada, porque iba a escuchar a mi banda favorita de toda la
vida. Eso sí, antes que aquello sucediera, otros tres actos musicales irían a
subir al escenario: primero los nacionales Folläkzoid,
presentando toda su hipnotizante experimentación mientras los primeros
centenares de personas iban poblando partes del Estadio Nacional. Su música fue
una suerte de trance ante aquellos primeros momentos de esa jornada musical de
miércoles.
Después de esa breve, pero intensa presentación que duraría unos 20
minutos, llegaría Junun, banda en
donde Jonny Greenwood participa. Su mezcla fue altamente atractiva, usando
recursos de la música tradicional árabe más elementos que podrían componer
cualquier tipo de música alternativa. Su momento en el escenario fue una
transportación a otro paraje del planeta, un lugar lejano del medioriente ajeno
a nuestra cultura y forma de ver la vida.
Caso aparte fue lo de Flying Lotus, un DJ que impuso toda su
clase en el escenario. Sus mezclas y las visuales que las pantallas desplegaban
hicieron que su presentación fuera alucinante, usando recursos de la música
electrónica, house y trap. Desde la vista de la galería,
parecía que había un robot de luces rojas sobre una tornamesa, pero era el disc-jockey y productor musical Steven Ellison demostrando su toda su
calidad, y me atrevo a decir que presencié a uno de los mejores DJs de los
últimos tiempos.
Siendo unos minutos después de
las nueve de la noche, se apagarían todas las luces del estadio, la gente
gritaría enloquecida y comenzaría a sonar ‘Threefingers’,
corte instrumental de aquel rupturista álbum llamado ‘Kid A’ y saldrían a escena todos los elementos que conforman a
Radiohead. Mis ojos se humedecieron con la primera canción interpretada,’Daydreaming’, con el piano y la
melancólica voz de Yorke de protagonistas, conformando uno de muchos momentos
únicos en aquella fría noche santiaguina.
Entre mis tantos momentos preciados,
podría citar la potencia y tristeza que desenfunda ‘All I Need’ (con una graciosa pifia en los teclados antes de ser
tocada), el misticismo que siempre crea ‘Pyramid
Song’ al ser escuchada, el clamor y grata sorpresa colectiva al oírse las
primeras notas de ‘Let Down’, los
maravillosos colores que produce ‘Weird
Fishes/Arpeggi’ o el solemne silencio que reinó entre el público mientras
Thom cantaba ‘Fake Plastic Trees’ y ‘Exit Music’. En resumen, dos horas y
veinte minutos que siempre estarán en mi memoria y que nunca saldrán de mi
cabeza.
Y no es otra cosa que gratitud lo que tengo para ofrecer a Radiohead y
su concierto. Gracias, por el abultado setlist
(¡27 canciones!) y gracias también por saldar una deuda personal que duró 9 años. El adolescente solitario de 15 años tiene
ahora 24, y muchas cosas han cambiado en mi vida y en el mundo; pero el aprecio
y fidelidad a la música de los de Oxford siguen igual de constantes y vigentes
en mi día a día.
Setlist Radiohead
Threefingers
Daydreaming
Ful Stop
Airbag
Myxmatosis
Where I End and You Begin
All I Need
Pyramid Song
Everything In Its Right Place
Let Down
Street Spirit (Fade Out)
Bloom
Identikit
Weird Fishes/Arpeggi
The Numbers
2+2=5
Bodysnatchers
Idioteque
Encore 1
Fake Plastic Trees
The Bends
Feral
Lotus Flower
Exit Music (For a Film)
Reckoner
Encore 2
Nude
Paranoid Android
Karma Police
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