miércoles, 21 de febrero de 2018

The Wombats - Beautiful People Will Ruin Your Life (2018)



Una de las bandas indie rock que más prometía en sus inicios llamada The Wombats está de vuelta. Los de Liverpool, que hace poco celebraron 10 años de aniversario por su destacable disco debut ‘A Guide to Love, Loss and Desperation’ llegan con su cuarto disco a la fecha que lleva de por nombre ‘Beautiful People Will Ruin Your Life’, ciertamente un gracioso título que acompaña a una de las mejores portadas en lo que se ha visto de este 2018 que recién comenzó.

La banda, siempre jocosa, ha acompañado el lanzamiento de su nuevo disco con fotos en su cuenta de instagram evidentemente editadas pero que llegan a sacar una sonrisa, de diferentes celebridades usando el sweater característico que sirve de portada para este nuevo trabajo. Entre los afortunados rostros, se encuentran Donald Trump, Kanye West, Kim Kardashian y Brad Pitt.
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Lo que proponen los marsupiales en esta ocasión es hacer canciones con un giro más pop e incluso más radial de lo que tienen acostumbrado hacer, ejemplificado en las primeras tres canciones del elepé. ‘Cheetah Tongue’ y el primer single ‘Lemon to a Knife Fight’ parecen ser correctos tracks de pop/rock moderno que se complementan muy bien entre sí.  Caso contrario corre para ‘Turn’, que peca de ser muy sintética y estructuralmente genérica. La versión más rockera y también ganchera de Wombats va para canciones como ‘Black Flamingo’ con un coro muy pegajoso y una canción en general dinámica por combinar elementos cercanos al synthpop con guitarras totalmente indie.

‘White Eyes’ instrumentalmente está muy bien armada, con una base rítmica solida y coros femeninos. El coro-otra vez-es la mejor parte de la canción, mientras que ‘Lethal Combination’ es un intento más directo y pop, con letras como ‘oh oh oh’ como invitados estelares. Siendo más simple que la anterior pieza, líricamente ambas tratan de lo mismo: el más puro romance. ‘Out Of My Head’ sigue la misma línea instrumental pop que la anterior, eso sí con un bajo más contundente, y una letra que habla sobre comer sushi y tener problemas existenciales, como dudar si uno está aquí por algún propósito en particular o no. 

‘I Only Wear Black’  sin duda debe estar entre lo más destacado de la placa, por su hilarante letra, que hablan de alguien que solo usa prendas negras, no le importa nada, y que tiene pastillas en sus bolsillos. Instrumentalmente la canción suena contradictoriamente optimista respecto a las letras, como si de una sátira se tratara. Luego llega la que más suena a post-punk con algunas desviaciones al pop ‘Ice Cream’ que posee sobresalientes guitarras y bajos. El comienzo de ‘Dip You in Honey’ es tan similar a ‘Tomorrow Never Knows’ de los Beatles en sus baterías y guitarras que hasta quizá pueda causar un poco de rechazo, sumando además que la presente canción quizá posee la letra menos rescatable de la placa. El fin del álbum lo dicta ‘I Don’t Know Why I Like You But I Do’, siendo quizá una de las canciones más suaves, sensuales y que va de menos a más en términos de intensidad. 

11 canciones que vienen y se van. El nuevo álbum de The Wombats entretiene pero quizá no por mucho rato, como una fiesta que empieza muy temprano. Pareciera que el más reciente lanzamiento de los ingleses es un entretenimiento que tiene fecha de vencimiento por las incursiones en el pop que suceden a lo largo de la placa, que terminan variando entre lo novedoso y lo genérico. Como lo señala el título de la placa, la gente bonita podría arruinar tu vida, aunque es más probable que una dirección a mal tomar sea peor que eso. En resumen, esta placa evidencia que The Wombats sigue peleando por ser o no una banda del montón.
 
6/10


Canciones Favoritas: Black Flamingo, I Only Wear Black, Ice Cream,

Canciones No Favoritas: Turn, Dip You in Honey. 



 

lunes, 19 de febrero de 2018

Franz Ferdinand - Always Ascending


Luego de una espera de casi 5 años desde su último álbum (sin contar su colaboración con Sparks) , la banda escocesa Franz Ferdinand lanzó el pasado 9 de Febrero su nuevo disco llamado Always Ascending. Pero la banda regresó a la palestra musical no solo con su nuevo proyecto, el ex cuarteto añadió a dos nuevos integrantes; un nuevo guitarrista en remplazo de Nick McCarthy y un tecladista. Debido a estas nuevas adquisiciones por parte de la banda, se podría pensar que los escoceses optarían por cambiar su sonido; pero eso no pasa, el estilo tan icónico que hizo resaltar a la banda se mantiene de una manera un tanto nublada, pero eso no significa que se vea afectado debido a estos nuevos integrantes.

Always Ascending es un álbum donde la banda decide incorporar de manera completa un ritmo bailable, no es algo que la banda no haya hecho en el pasado, la diferencia es que ahora ese ritmo es una constante dentro del tracklist. A pesar de lo anterior, el reconocible sonido de la banda no se difumina en su totalidad, manteniéndose pulcro, pegajoso y disfrutable. Independientemente de eso, el álbum no goza de la memorabilidad que sus dos primeros álbumes poseen, y siento que ese es el mayor problema que tuve para poder decidirme sobre si el álbum me gusta o no; ya que gran parte de las canciones no lograban provocar ese sentimiento de volver querer a escucharlas, pero si las escucho, las disfruto igual.

Siento que ya en este punto he hablado mucho sobre el sonido del álbum, pero como mencione más arriba, Franz Ferdinand aún es capaz de ofrecer pasajes musicales interesantes. Debido a la partida de su ex guitarrista, el sonido de la banda empieza a cojear, ya que su característico enfoque a riffs liderados por las guitarras empieza a suavisarce; pero la banda logra fortalecer su debilidad gracias a la incorporación permanente de teclados; estos logran sentar una base estable que impulsa y acolchona las dinámicas que la banda ofrece. Agregar también que los escoceses agregan solo dos baladas al disco, la primera es “The Academy Award” la cual no disfruté tanto debido a que me recordaba mucho a “Walk Away” (una de mis canciones favoritas  por parte de la banda) en su estructura y melodía vocal;  y la segunda siendo “Slow Don’t Kill Me Slow”, un poco plana en su estructura pero a medida que más la escuchaba, más crecía en mí; además de que el final de esta canción funciona excelentemente para concluir el proyecto, generando la reflexión en el oyente sobre el álbum que se acaba de escuchar de una manera casi cinematográfica.

Lírica y temáticamente, el álbum no pareciera tener un concepto general el cual abordar, sino temas independientes el uno con el otro, dando como ejemplo las canciones “Paper Cages”, donde la banda alienta al oyente a terminar con eso que lo esté agobiando; “Huck and Jim”, en esta canción se hace la referencia a estos dos personajes creados por Mark Twain para entregar un mensaje de unidad entre las personas; y “Glimpse of Love”, en la cual se ataca la sobrevaloración de la belleza externa en la busqueda del amor actualmente. Por otra parte, algo que se puede apreciar a lo largo de toda la discografía de Franz Ferdinand es la constante repetición ya sea de algunas palabras o frases, pero pareciera que ese lado sarcástico que hacía a las letras resaltar en una primera instancia desaparece en este proyecto. Lo anterior se puede presenciar en canciones como “Lazy Boy”, “Finally”, donde la repetición no ayuda a reforzar los temas que se abordad en estas canciones.

Debido a los puntos que se mencionan anteriormente, se podría desprender la idea de que Always Ascending es un álbum donde la banda elige no hacer canciones tan complicadas en favor de sostener su postura de querer hacer un disco más bailable que trascendental. Lo anterior no significa que el álbum sea malo, todo lo contrario, el disco es generalmente bueno, ya que cumple con el propósito que la banda se estableció. A pesar de lo dicho recientemente, y un problema que ya mencioné más arriba, las canciones no logran generar las ganas de querer escucharlas de manera constante, pero aun así son disfrutables; sé que suena un tanto paradójico, pero ese es el sentimiento que me produce el álbum.

Canciones Favoritas: Always Ascending, Paper Cages, Finally, Glimpse of Love, Feel the Love Go, Slow Don't Kill Slow. 

Nota: 7.5/10



domingo, 18 de febrero de 2018

Porches - The House (2018)


Porches, proyecto del blondo Aaron Maine tiene un nuevo disco a comienzos de este 2018: esta vez sin su bajista y novia Greta Kline,-más conocida como Frankie Cosmos-por perseguir su propia carrera solista. 'The House' es el tercer álbum de Maine y compañía, el cual parece seguir por la misma línea de su anterior trabajo de hace dos años atrás, que llevó de por nombre 'Pool', disco que le significo a Porches firmar por el conocido sello discográfico Dominó, mismo que alberga bandas de la talla de Arctic Monkeys, Franz Ferdinand o Animal Collective.

Influencias del eurodance llegan a los oídos con el comienzo de álbum 'Leave the House', que con un beat bastante adictivo, hace que la canción parezca más corta de lo que es. Misma suerte corre 'Find Me', segundo track que al igual a la anterior, incita a la pista de baile de la manera más noventera posible. 'Understanding', con un suave sintetizador y una voz modificada, sirve como interludio para que 'Now The Water' haga su aparición con sus continuas bases, teclas y guitarras en palm-mute con triste fragilidad synth-pop. Nuevamente una canción hace de interludio: en este caso es 'Country' con unas teclas medias más la voz desnuda de Maine. Pareciera que todas estas canciones de corta duración fueron desaprovechadas en su potencial, ya que pudieron haberse desarrollado en canciones enteras. 

'By My Side' es ablandadora de corazón. Facturando una estética romántica y frágil, éste prototipo de canción podrían llamar la atención del público de la talla de la cantante pop francesa Yelle o hasta los fans de Javiera Mena. Luego, llegan otros interludios: 'Åkeren' y especialmente 'Swimmer'-que llega mucho más adelante- no aportan mucho en el tracklist debido a su monotonía, y pareciera que todos los anteriores interludios obstaculizaran las piezas de mayor duración, en vez de potenciarlas. 'Anymore' trata de sorprender con autotune y algo un poco más bailable, pero el track no logra despegar de su propio sitio. Por otro lado, una melancólica y pasiva 'Wobble' logra mostrar una faceta diferente en un tracklist plagado de canciones movedizas.

Uno de los puntos altos de la placa se llama 'Goodbye' que en primera instancia aparece protagonizada por teclados y sintetizadores, después logra convertirse en una pieza apta para la pista de baile. La también melancólica 'W Longing' tiene una estructura otra vez apelable a los 90s por la base que apoya a la canción, casi rozando el vaporwave por su misticismo nostálgico y estética vintage. Mención aparte para el saxofón y su notable melodía al final del track. ‘Ono’ se tarda en arrancar, con un arpegio de guitarra un tanto redundante que se vuelve un poco más soportable con la base electrónica que empieza a sonar desde la mitad de la pieza. Finalmente, 'Anything U Want' cierra el disco de manera atmosférica y un poco aletargada, siendo un outro un tanto desganado.

La melancolía y la música bailable pueden hacer buena pareja si son mezcladas de manera sensata. En ‘The House’ hay varios aciertos, pero también unos cuantos desaciertos, haciendo que el disco pueda parecer irregular. Al menos, Maine y compañía tienen un camino trazado para a futuro hacer algo más directo y preciso, que de seguro dará buenos frutos.

6.5/10

Canciones Favoritas: Leave the House, By My Side, Goodbye, W Longing.

Canciones No Favoritas: Åkeren, Swimmer, Anything U Want. 


                                 

sábado, 17 de febrero de 2018

Django Django - Marble Skies (2018)


Django Django es una banda británica londinense formada el año 2009. Su sonido recae en el art-rock y la neo-psicodelia, y este año lanzan su tercer largaduración titulado 'Marble Skies'.

Después de un blando comienzo con la canción que se llama igual que el disco, llega 'Surface to Air', un track pop bastante olvidable. Las cosas tienden a cambiar un poco con 'Champagne', una de las mejores piezas del álbum, con una buena línea de bajo y una entretenida estructura e instrumentación. El primer single 'Tic Tac Toe' es inofensivo con sus constantes reverberaciones y la rapidez que le quisieron dar, las voces son repetitivas y planas. En resumen, una canción poco efectiva. 'Further' trata de sacar la tarea adelante, siendo un track más trabajado, pero otra vez, y considerando la mayor debilidad del conjunto: las voces no son dinámicas sino planas y no aportan demasiado a las canciones, asimilándose bastante a las de Brian Wilson con los Beach Boys. 

La que sí es diferente y efectiva es 'Sundials', con teclados como instrumento protagonista y una entretenida base instrumental, con voces que esta vez si funcionan. La propuesta más ochentera con 'Beam me Up' suena algo floja y displicente, como si a Django Django le diera lo mismo el resultado de la canción. Misma línea-pero más bailable y movediza-tiene la basada en sintes 'In Your Beat', que fácilmente podría ser una canción de Erasure. Luego, llega la interminable y poco dinámica 'Real Gone' que no aporta mucho a la suma total del elepé. La que totalmente si es un aporte es el track que cierra la placa, llamado 'Fountains', con una lúdica instrumentación y armonías vocales. 

Aunque Django Django posea una estética sónica definida dentro del art-rock, firmemente puedo decir que no son mi taza de café. Si te gusta la música rica en sintetizadores y coros a varias voces como lo hacen los Beach Boys, puede que ésta sea una banda de cabecera para ti.

6/10
 
Canciones Favoritas: Champagne, Fountains, Sundials.

Canciones No Favoritas: Surface to Air, Tic Tac Toe, Real Gone.



 

viernes, 16 de febrero de 2018

Salad Boys - This is Glue (2018)

Nueva Zelanda es un país que nunca ha dado mucho que hablar respecto a materia musical. En términos generales, podríamos citar a The Naked and Famous en materia indie o synth-pop y principalmente a la estrella pop del momento-que lanzó uno de los mejores discos del año pasado-Lorde. Más allá de aquello, no se nos podrían venir más bandas o artistas Neozelandeses a nuestras cabezas, quizá por la lejanía del lugar o la baja promoción de artistas de aquel lugar para el  resto del mundo. Sin embargo, he aquí un hallazgo: Salad Boys, una banda hacedora de jangle pop o indie rock proveniente de aquel país oceánico, que lanzan su segundo largaduración titulado ‘This is Glue’.

Lo que podría simplificar el ying y el yang del sonido de Salad Boys son dos de los primeras canciones del disco: la apaciguada y semi-acústica ‘Hatred’ con el veloz track garage-rock ‘Psych Slasher’. La calma vuelve con ‘Right Time’ de simpleza y plenitud instrumental tal que hace recordar a bandas indie de los 90s como Pavement o la versión más armoniosa de Ty Segall. El vaivén fuerza-calma continúa con ‘Choking Sick’, otra muestra de oficio garage con una corriente sólida de guitarras y percusiones. Luego llegaría un track con mucha influencia de The Smiths-principalmente de Johny Marr en las guitarras- ‘Exaltation’, logrando una amalgama interesante entre las seis cuerdas eléctricas y acústicas. 

Se dejan caer un trío de canciones centradas en las guitarras acústicas pasada la mitad del disco: ‘In Heaven’  y ‘Under the Bed’ quizá pecan de inofensivas y un poco repetitivas, pero ‘Dogged Out’ posee la instrumentación y el sentimiento necesario para ser un punto alto dentro del elepé. ‘Scenic Route to Nowhere’ apunta a un rock más clásico y lúdico, distorsionado y con un bajo más presente, como así  también distorsionado. La sección instrumental de ‘Going Down Slow’ entrega una bella tensión al oyente, producto de unos instrumentos cuerdas que no paran de vibrar y que están al fondo de la canción, logrando un momento notable hacia el atardecer de la placa. 

Siempre es bueno adentrarse hacia música de lugares remotos. En un proceso de búsqueda y descubrimiento, siempre habrá una que otra recompensa, como éste álbum de una banda que no proviene ni de Estados Unidos ni de Europa, sino que de Oceanía. Salad Boys podría ser una revelación o quizá no. Todo  depende del gusto del oyente. Lo que sí, todo lo que rodea a ‘This is Glue’ son sensaciones de las buenas. 

7/10  

Canciones Favoritas: Hatred, Psych Slasher, Right Time, Exaltation, Dogged Out, Going Down Slow.

jueves, 15 de febrero de 2018

Dashboard Confessional - Crooked Shadows (2018)

De Dashboard Confessional solo tengo buenos recuerdos. Los conocí gracias a ese formidable Mtv Unplugged que realizaron, y a mi parecer fue uno de los mejores shows post década de los 90s organizado por aquella cadena televisiva. En ella, la banda ofrecía un emo interpretado de manera acústica, tanto en sus shows como en sus discos, logrando pulcritud instrumental como también una buena cantidad de ganchos en sus canciones. 

Los primeros dos discos fueron una total exquisitez: ‘Swiss Army Romance’ fue el primer capítulo en la historia del conjunto, siendo totalmente un disco solista por parte de Chris Carrabba, guitarrista, cantante y compositor que en ese entonces-año 2000-militaba en las filas del también grupo emo Further Seems Forever. Pero el segundo golpe sería aún más consistente: un año después DC lanzaría ‘The Places You Have Come Fear the Most’, siendo sin dudas su obra magna. 

Las cosas tenderían a cambiar un poco con la electrificación de sonido dos años después con ‘A Mark, A Brand, A Mission, A Scar’ y los siguientes tres discos ‘Dusk and Summer’ (2006), ‘The Shade of Poison Trees’ (2007) y ‘Alter the Ending’ (2009), convirtiéndola en una banda regular en cuanto a publicaciones, pero bastante inofensiva a lo que música se refiere, interpretando un rock-pop blando y radial. 

Y llego el año 2018, y después de 9 años, Dashboard Confessional publica su séptimo disco titulado ‘Crooked Shadows’, esta vez sin dos de los miembros que estuvieron tocando 16 años junto a Carrabba: el guitarrista John Lefler y el baterista Mike Marsh, que anunciaron su partida de la banda hace ya tres años, generando quizá un mal augurio para este nuevo trabajo. 

Desde la partida, se nota una producción más moderna y a un Chris Carrabba ambicioso, con la radial ‘We Fight’ conservando los matices melódicos del conjunto. El segundo track ‘Catch You’, que a pesar de poseer un sintetizador que trata de sorprender, se queda ahí.  ‘About Us’ y la que le da título al disco podrían ser perfecta para ser tocada en centros  comerciales por su onda sintética y coro pop, mientras que ‘Heart Beat Here’ llega como una de las cartas más recordables de la versión 18’ de los Dashboard, siendo una balada acústica-romántica muy bien ejecutada. La otra cara de la moneda es ‘Belong’, una canción que podría pertenecer fácilmente a grupos electrónico-radiales como The Chainsmokers y ser parte de alguna intro de algún Youtuber famoso. Horripilante.

Open My Eyes’ podría ser la canción para una película o serie noventera adolescente-romántica por su fragilidad, cuerdas y coro ultra meloso, ‘Be Alright’ trata de ser más dinámica por sus destacables percusiones, pero un coro muy tonto y poco inspirado arruina toda posibilidad para que la canción sea ampliamente disfrutable. El fin del disco-si, ya estamos en el cierre. El disco tiene 9 tracks y media hora de duración-va por cuenta de ‘Just What to Say’, siendo una dulce culminación con una omnipresente guitarra limpia que hace que la voz de Carrabba contenga mucha complicidad. 

Puede que la última canción haya sido recordable, pero eso no ayuda a la suma total de ‘Crooked Shadows’ un álbum que peca de ser demasiado ambicioso, con poco contenido y falta de originalidad. Gracias a discos como estos-y por mera nostalgia también-prefiero quedarme con los primeros dos trabajos de Dashboard Confessional que están más que recomendables si es que te gusta la música acústica y emo.

5.5/10

Canciones Favoritas: Heart Beat Here, Just What to Say.

Canciones No Favoritas: Belong.


 

miércoles, 14 de febrero de 2018

Machine Head - Catharsis (2018)


Machine Head, el longevo acto de groove-metal vuelve a lanzar nuevo material después de cuatro años, siendo éste el noveno capítulo de su discografía, llamado 'Catharsis'. Lo que me llamó la atención-antes de escuchar este disco-fue que vi muchas reseñas despedazando este álbum. Como así también, un dato freak es que la banda se ha mofado de aquello, subiendo algunas reseñas a su propia página de Facebook. 

Caso aparte: al terminar de escuchar este álbum, la primera pregunta que acechó mi cabeza fue: ¿Qué pasó con la voz de Robb Flynn? En varios cortes del álbum, se le escucha desgastado al gritar e incluso al hacer voces limpias. Si, el cantante y guitarrista ya tiene cinco décadas de edad, pero eso no quita que a lo largo de este disco suene oxidado, como si estuviera cantando después de haberse recuperado de una faringitis. 

 Tracks como 'Volatile' y 'Catharsis' están a la altura, entregando el groove necesario que una banda como Machine Head podría entregar. Estos son los primeras dos piezas de un álbum de 15 canciones en total. 'Beyond the Pale' tiene un gusto a nü metal, alternando entre secciones heavys y melódicas. ¿Una canción rescatable? no mucho. De hecho es muy parecido a lo que hemos oído en las anteriores entregas de los oriundos de California. Similar caso ocurre con 'California Bleeding', que tiene un gustito a Slipknot en su coro. 

Genérica y descartable es la ultra aggro 'Triple Beam', que parece que fuera extraída de la época del 'Supercharger' del año 2001, es decir, de 17 años atrás, cuando el fenómeno nü metal era toda una realidad, siendo una canción completamente obsoleta en los tiempos que corren. La punketa-¿metalcore? 'Kaleidoscope' no consigue ganar la sorpresa que se merecía debido a las dañadas cuerdas vocales de Flynn, que lo único que hace es ensuciar la canción. Y la cosa se pone peor: ¿Que mierda es 'Bastards'? ¿Machine Head jugando a ser Dropkick Murphys? Una canción completamente fuera de lugar, que simplemente no debió haber visto la luz.

'Hope Begets Hope' y 'Screaming at the Sun' tienden a ser más de lo mismo en cuanto a groove-metal a-la Machine Head, pero al menos es un ápice de esperanza para que el álbum siga a flote después del anterior abominable track. Canciones como 'Behind a Mask' podrían herir la sensibilidad de cualquier auditor elitista de metal por las bases sintéticas que acompañan a la guitarra acústica al principio de la canción. Pero la verdad, el desarrollo de la canción-con notables guitarras acústicas-la hace ser bastante aceptable.

 El problema es que, a este punto, ya no quieres más de Machine Head y faltan 5 canciones aún para que el disco termine. Una canción de casi 9 minutos que pareciera ser parte de alguna película de Tim Burton en sus inicios llamada 'Heavy Lies the Crown' trata de ser épica, pero aquella intro le quita bastante de inspiración a la canción. La poca ambición vuelve con genéricos tracks como 'Psychotic' y 'Razorblade Smile' que pasan casi desapercibida en el tracklist. 'Grind You Down' genera más vértigo con su rapidez instrumental y dinamismo en batería, aunque en el coro la canción se tienda a ensuciar por unos pésimos guturales. Y qué clase de cierre es 'Eulogy'? Seis minutos y medio de una épica mal hecha, como si fuera parte de una serie medieval de bajo presupuesto. Supongo que es el closing track que un disco como Catharsis se merece.

Falto de ideas, redundante, con algunas canciones horribles y otras olvidables: el noveno trabajo de Machine Head se postula como uno de sus peores esfuerzos de su carrera. Y es verdad, aquellos críticos o reseñas no estaban del todo equivocad@s. 

 4/10


Canciones Favoritas: Volatile, Catharsis.

Canciones No Favoritas: Triple Beam, Bastards, Kaleidoscope, Eulogy.